La carrera por la presidencia estadounidense sigue intensificándose

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Elecciones importantes este martes.

Hansel Caudales, staff writer.

Donald Trump acumuló victorias en siete estados, en comparación con los dos del senador de Texas, Ted Cruz, y con el único estado que ganó el senador Marco Rubio. Hillary Clinton derrotó al Senador de Vermont, Bernie Sanders, en siete de las 11 elecciones demócratas.

La coalición de Trump se une. Lo demostró en los primeros estados, y ahora lo ha demostrado en el súper martes. Trump lidera una coalición, Nuevo Hampshire y Massachusetts demostraron que él gana entre los moderados blancos de la clase trabajadora. Carolina del Sur, Tennessee, Alabama y Georgia demostraron que gana entre los evangélicos en el Cinturón de la Biblia. Y una participación récord de votantes republicanos en Virginia demuestra que él amplía la base de votantes del partido.

Trump se llevará la nominación del Partido Republicano, mientras sus rivales continúan con su eterna lucha por determinar quién es la mejor alternativa.

Él superó a dos oponentes que dedicaron todo un debate a mostrarle sus libros de investigación de la oposición. Luego de una presentación a cargo de un antiguo rival y de su nuevo aliado en la campaña,  Chris Christie, Trump felicitó a Cruz por una excelente victoria en Texas antes de volver su atención a Hillary Clinton.

Clinton se adjudica victorias en el sur, este es el polo opuesto a donde Clinton se encontraba hace ocho años. Esta vez, ha ganado en cuanto al número de delegados y ha ganado la mayoría de las contiendas demócratas. Clinton se llevó la victoria en una serie de estados del sur donde hay grandes poblaciones de grupos minoritarios, así superó fácilmente a Sanders en Texas, Georgia, Virginia, Alabama, Tennessee y Arkansas. Y también ganó en el estado más importante en el que las probabilidades eran de cincuenta-cincuenta, al derrotar a Sanders por un margen estrecho en Massachusetts.

La contienda por la nominación demócrata asigna delegados de manera proporcional, así que Clinton todavía no ha sacado a Sanders del proceso. Sin embargo, ella tiene una fecha en mente para hacer precisamente eso: el 15 de marzo. Con todo el impulso, Clinton apunta a llevarse la victoria en una serie de estados importantes: Michigan el 8 de marzo y luego Florida, Ohio, Illinois, Carolina del Norte y Missouri el 15 de marzo.

El senador republicano Ted Cruz vive para luchar un día más. Cruz hizo exactamente lo que tenía que hacer: ganó en su estado natal de Texas por un margen contundente, y se llevó también la victoria en Oklahoma, lo que le permitió continuar con su argumento de que él es el único republicano capaz de vencer a Trump. De hecho, Cruz le hizo un llamado al resto de los candidatos republicanos a que “bajo oración” consideraran salirse de la contienda, durante su discurso en la noche de las elecciones.

Los comentarios de Cruz se produjeron antes de que los resultados fueran presentados en Minnesota, el mejor estado para Rubio. Y él ignoró la realidad de que no hay señales claras de que la estructura del Partido Republicano lo prefiere a él más de lo que prefiere a Trump. Sin embargo, ahora mismo en las primarias republicanas, cuando Cruz o Rubio sube, el otro baja y Cruz tuvo su mejor noche el martes.

Por otro lado, Cruz había vinculado a toda su campaña al súper martes, al afirmar que era la fecha más importante en la contienda. Él una vez usó la palabra “muro cortafuegos” para describirla, un hecho que la campaña de Rubio ha pregonado alegremente. Sin embargo, solo ganó dos estados, y muchos de los estados del sur con los que contaba antes ya han votado.

Marco Rubio finalmente gana un estado. Rubio había defendido el hecho de que en varias ocasiones había terminado en segundo y tercer lugar al argumentar que él tiene un camino a la victoria que se enfoca en los estados posteriores al súper martes, entre ellos su estado natal de Florida. Finalmente le fue bien el martes, cuando ganó en las asambleas partidistas de Minnesota. Pero en general, la noche fue una decepción más para Rubio, quien pasó gran parte de la semana pasada produciendo una serie de ataques al estilo de Trump en contra del empresario multimillonario. Ahora, una vez más, Rubio tiene que expresarle a los donantes y a los agentes de poder por qué vale la pena hacer una gran inversión en él. Su argumento es el siguiente: la contienda ahora pasa a Michigan, y luego a cinco estados más grandes donde hay republicanos más moderados, y con un alto grado de educación los cuales son lugares donde puede ganar. Florida es uno de ellos, y el que gane ahí se lleva a todos los delegados. Mientras tanto, Cruz y Rubio se muestran felices de decirle a Trump que está acabado.

La noche del Partido Demócrata en gran medida siguió las expectativas, ya que Sanders se llevó victorias en Colorado, Minnesota, Oklahoma y Vermont. El único otro estado donde tenía una probabilidad real era Massachusetts, un liberal que limita con su estado natal de Vermont. Sin embargo, no pudo ganar ahí, o tener un impacto en el impulso de Clinton en otros lugares del mapa.

No hay razón para que Sanders no siga siendo competencia. El senador recaudó 42 millones de dólares en febrero solamente, lo cual le da suficiente efectivo como para igualar o superar lo que Clinton gasta en las ondas de radio. Sanders también tiene otra herramienta particularmente útil en su bolsillo: más debates demócratas. Clinton accedió a ellos cuando Sanders estaba ganando impulso a nivel nacional. Sin embargo, ahora sirven para extender la vida de una contienda que la campaña de Clinton preferiría llevar a su fin efectivamente tan pronto como sea posible.

John Kasich y Ben Carson son los candidatos sin posibilidades. Existe una razón por la que John Kasich enfrenta los llamados de los republicanos para que salga de la contienda, les arruina las probabilidades a los candidatos que quieren derrocar a Trump. En Virginia, por ejemplo, Kasich se llevó un 9.4% y Rubio perdió contra Trump por un 2.8%.

Puedes esperar que un grupo de miembros del partido presionen a Kasich para que se retire de la contienda antes de las primarias del 15 de marzo, donde el ganador se lleva a todos los delegados. Si Rubio pudiera ganar tanto en Florida como en Ohio ese día, el ganaría 165 delegados de una sola vez. Pero con Kasich en la contienda, eso no sucederá.

Kasich no se inclina por ayudar a Rubio. Su campaña argumenta que Rubio es quien tiene un rendimiento menor de lo esperado, y arruina, por ejemplo, lo que habría sido una victoria para Kasich en Vermont.

El Dr. Ben Carson también se niega a salir de la contienda y aunque apenas ha acumulado delegados, es una espina en el costado de Cruz.

A Carson le va mejor entre los votantes evangélicos. Esa también es una fortaleza de Trump. Aunque no está claro a dónde se dirigiría el apoyo de Carson, Cruz probablemente podría haberse llevado la mayor parte de él, lo que le habría dado un impulso en los estados del sur.

Donald Trump acumuló victorias en siete estados, en comparación con los dos del senador de Texas, Ted Cruz, y con el único estado que ganó el senador Marco Rubio. Hillary Clinton derrotó al Senador de Vermont, Bernie Sanders, en siete de las 11 elecciones demócratas.

La coalición de Trump se une. Lo demostró en los primeros estados, y ahora lo ha demostrado en el súper martes. Trump lidera una coalición, Nuevo Hampshire y Massachusetts demostraron que él gana entre los moderados blancos de la clase trabajadora. Carolina del Sur, Tennessee, Alabama y Georgia demostraron que gana entre los evangélicos en el Cinturón de la Biblia. Y una participación récord de votantes republicanos en Virginia demuestra que él amplía la base de votantes del partido.

Trump se llevará la nominación del Partido Republicano, mientras sus rivales continúan con su eterna lucha por determinar quién es la mejor alternativa.

Él superó a dos oponentes que dedicaron todo un debate a mostrarle sus libros de investigación de la oposición. Luego de una presentación a cargo de un antiguo rival y de su nuevo aliado en la campaña,  Chris Christie, Trump felicitó a Cruz por una excelente victoria en Texas antes de volver su atención a Hillary Clinton.

Clinton se adjudica victorias en el sur, este es el polo opuesto a donde Clinton se encontraba hace ocho años. Esta vez, ha ganado en cuanto al número de delegados y ha ganado la mayoría de las contiendas demócratas. Clinton se llevó la victoria en una serie de estados del sur donde hay grandes poblaciones de grupos minoritarios, así superó fácilmente a Sanders en Texas, Georgia, Virginia, Alabama, Tennessee y Arkansas. Y también ganó en el estado más importante en el que las probabilidades eran de cincuenta-cincuenta, al derrotar a Sanders por un margen estrecho en Massachusetts.

La contienda por la nominación demócrata asigna delegados de manera proporcional, así que Clinton todavía no ha sacado a Sanders del proceso. Sin embargo, ella tiene una fecha en mente para hacer precisamente eso: el 15 de marzo. Con todo el impulso, Clinton apunta a llevarse la victoria en una serie de estados importantes: Michigan el 8 de marzo y luego Florida, Ohio, Illinois, Carolina del Norte y Missouri el 15 de marzo.

El senador republicano Ted Cruz vive para luchar un día más. Cruz hizo exactamente lo que tenía que hacer: ganó en su estado natal de Texas por un margen contundente, y se llevó también la victoria en Oklahoma, lo que le permitió continuar con su argumento de que él es el único republicano capaz de vencer a Trump. De hecho, Cruz le hizo un llamado al resto de los candidatos republicanos a que “bajo oración” consideraran salirse de la contienda, durante su discurso en la noche de las elecciones.

Los comentarios de Cruz se produjeron antes de que los resultados fueran presentados en Minnesota, el mejor estado para Rubio. Y él ignoró la realidad de que no hay señales claras de que la estructura del Partido Republicano lo prefiere a él más de lo que prefiere a Trump. Sin embargo, ahora mismo en las primarias republicanas, cuando Cruz o Rubio sube, el otro baja y Cruz tuvo su mejor noche el martes.

Por otro lado, Cruz había vinculado a toda su campaña al súper martes, al afirmar que era la fecha más importante en la contienda. Él una vez usó la palabra “muro cortafuegos” para describirla, un hecho que la campaña de Rubio ha pregonado alegremente. Sin embargo, solo ganó dos estados, y muchos de los estados del sur con los que contaba antes ya han votado.

Marco Rubio finalmente gana un estado. Rubio había defendido el hecho de que en varias ocasiones había terminado en segundo y tercer lugar al argumentar que él tiene un camino a la victoria que se enfoca en los estados posteriores al súper martes, entre ellos su estado natal de Florida. Finalmente le fue bien el martes, cuando ganó en las asambleas partidistas de Minnesota. Pero en general, la noche fue una decepción más para Rubio, quien pasó gran parte de la semana pasada produciendo una serie de ataques al estilo de Trump en contra del empresario multimillonario. Ahora, una vez más, Rubio tiene que expresarle a los donantes y a los agentes de poder por qué vale la pena hacer una gran inversión en él. Su argumento es el siguiente: la contienda ahora pasa a Michigan, y luego a cinco estados más grandes donde hay republicanos más moderados, y con un alto grado de educación los cuales son lugares donde puede ganar. Florida es uno de ellos, y el que gane ahí se lleva a todos los delegados. Mientras tanto, Cruz y Rubio se muestran felices de decirle a Trump que está acabado.

La noche del Partido Demócrata en gran medida siguió las expectativas, ya que Sanders se llevó victorias en Colorado, Minnesota, Oklahoma y Vermont. El único otro estado donde tenía una probabilidad real era Massachusetts, un liberal que limita con su estado natal de Vermont. Sin embargo, no pudo ganar ahí, o tener un impacto en el impulso de Clinton en otros lugares del mapa.

No hay razón para que Sanders no siga siendo competencia. El senador recaudó 42 millones de dólares en febrero solamente, lo cual le da suficiente efectivo como para igualar o superar lo que Clinton gasta en las ondas de radio. Sanders también tiene otra herramienta particularmente útil en su bolsillo: más debates demócratas. Clinton accedió a ellos cuando Sanders estaba ganando impulso a nivel nacional. Sin embargo, ahora sirven para extender la vida de una contienda que la campaña de Clinton preferiría llevar a su fin efectivamente tan pronto como sea posible.

John Kasich y Ben Carson son los candidatos sin posibilidades. Existe una razón por la que John Kasich enfrenta los llamados de los republicanos para que salga de la contienda, les arruina las probabilidades a los candidatos que quieren derrocar a Trump. En Virginia, por ejemplo, Kasich se llevó un 9.4% y Rubio perdió contra Trump por un 2.8%.

Puedes esperar que un grupo de miembros del partido presionen a Kasich para que se retire de la contienda antes de las primarias del 15 de marzo, donde el ganador se lleva a todos los delegados. Si Rubio pudiera ganar tanto en Florida como en Ohio ese día, el ganaría 165 delegados de una sola vez. Pero con Kasich en la contienda, eso no sucederá.

Kasich no se inclina por ayudar a Rubio. Su campaña argumenta que Rubio es quien tiene un rendimiento menor de lo esperado, y arruina, por ejemplo, lo que habría sido una victoria para Kasich en Vermont.

El Dr. Ben Carson también se niega a salir de la contienda y aunque apenas ha acumulado delegados, es una espina en el costado de Cruz.

A Carson le va mejor entre los votantes evangélicos. Esa también es una fortaleza de Trump. Aunque no está claro a dónde se dirigiría el apoyo de Carson, Cruz probablemente podría haberse llevado la mayor parte de él, lo que le habría dado un impulso en los estados del sur.