Tristeza y Solidaridad

Joseph Villafane, Contributor

¡Y el gran juego empezó! Amir Rasul (#34) hace un touchdown y Columbus sigue con nada. Empieza el segundo cuarto, Kenneth Herring (#4) recupera un manoseo en la línea de 28 yardas; Hans Supre (#22) agarra la pelota y corre hasta no dar, llegando a la línea de gol y haciendo otro touchdown. ¡Estamos ganando 13-0! Todos los estudiantes se han vuelto locos de felicidad.

Es por estos momentos que viven los Caballeros, los que verdaderamente tienen el carmesí y gris dentro de sus venas. El día 12 de septiembre empezó tempranito a las 6:45 de la mañana. Los estudiantes hicieron filas en cuatro sitios dentro de la escuela con la esperanza de ganarse una entrada a la anticipada pep rally de la “Semana de Columbus.” La escuela se transformó en un mar de pintura roja y accesorios divertidos.

Al fin llegó el anuncio a las 1:30, “¡Maestros! ¡Maestros! ¡Por favor dejad salir a los estudiantes con pulsera gris!” Hubo un éxodo de la salas de clase al auditorio; se llenó dentro de unos cuantos minutos. De repente, todo quedo oscuro, y salieron estudiantes Alejandro Arzola y Holden Payne como maestros de ceremonias. La multitud de estudiantes rugía como nunca antes, y todos los otros pep rallies parecían una vergüenza. El Director Costa dio un discurso sobre lo que era ser un Caballero, seguido por el Prof. Pollard, entrenador jefe del equipo de fútbol americano. Entonces siguieron los grupos de rendimiento como SWA y Gablettes, música y actividades proveídos por Power 96. La escuela estaba lista para esa noche y seguros que vencerían a Columbus de nuevo.

“Sin duda esta fue la mejor pep rally al cual he asistido dentro mi tiempo como estudiante. Bailé, grité, canté y apoye al equipo de fútbol americano,” dijo estudiante del onceno grado, Tatiana Taylor.

Estamos en el segundo cuarto. La puntuación está a 13-0; Gables llego a su pináculo. Columbus adquirió la pelota e hizo un touchdown de 5 yardas. 13-7. La multitud gritaba de dolor y empezó con sus cantos “notorios”. Empezó el tercer cuarto. Gables jugaba a la defensa. Columbus hizo otro touchdown. Las gradas temblaban tanto como el alma Caballera de cada estudiante. Oraban. El último cuarto. Fue una batalla intensa, la mejor estrategia, las mejores jugadas; todo resulto en nada. Terminó el juego… 14-13, por un punto Gables fue vencido; los estudiantes se enfuriaron y cantaban, seguían en solidaridad – el equipo detrás del equipo, lo especial de Gables.

“Odio que le hemos fallado a tantas personas, y espero que esta pérdida sea de motivación para que el equipo tome ventaja de más oportunidades. Como entrenador, voy a mejorar el equipo. Tenemos una semana libre entonces vamos a reflexionar cantidad,” dijo el entrenador jefe, Prof. Pollard.

El equipo seguirá, ¿pero los seguirás apoyando?