Justin Timberlake no cubre expectativas en el Súper Bowl LII

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Jimena Romero, Staff Writer

Sin duda alguna, el Súper Bowl es una gran tradición que todo el mundo disfruta, bien si no es por el deporte en si, seguro lo es por los divertidos y únicos comerciales, ademas del increíble espectáculo de medio tiempo.

La gran producción de todos y cada uno de los espectáculos ocurridos durante la mitad de estos importantes partidos, nos demuestran la inmensa preparación, esfuerzo y anticipación que tanto el artista como el staff dedican.

En el Súper Bowl número LII (52), ocurrido el pasado domingo 4 de febrero, Justin Timberlake, se encarga de deleitarnos con su talento mientras Los Patriotas de Nueva Inglaterra se enfrentan contra Las Águilas de Filadelfia. El ya había sido invitado a participar en un Súper Bowl antes, sin embargo su aparición en el 2004 dejó a mucha gente sin palabras no por su talento, si no más bien por el escandaloso incidente ocurrido con el vestuario de Janet Jackson, con quien compartió escenario ese año. Por esta razón,  este año era su oportunidad para cambiar esa mala reputación que llevaba cargando durante estos 14 años. Sin embargo, no es un secreto que en contraste con los últimos tres espectáculos protagonizados principalmente por Katy Perry (2015), Coldplay, Bruno Mars, Beyoncé (2016) y Lady Gaga (2017), Timberlake nos deja mucho que desear.

Empecemos con la entrada. Estos reconocidos eventos, son caracterizados por la inesperada y sorprendente manera en la que los artistas entran al escenario, como Katy Perry 3 años atrás  montando un tigre gigantesco mientras cantaba “Roar” o Lady Gaga el pasado Súper Bowl, bajando desde lo alto del estadio. Por otro lado, Justin Timberlake, rompió con este gran factor al empezar cantando en un pequeño escenario montado en un de las entradas al estadio rodeado de muchas personas, haciendo alusión a un club nocturno; sin duda una entrada bastante regular para un evento con inmensa audiencia como lo es el Súper Bowl.

“Pienso que el espectáculo de Justin Timberlake en el Súper Bowl fue una gran decepción, ya que espectáculos pasados han demostrado mayor extravagancia, como el del año pasado, en el que Lady Gaga descendió del cielo,” expresó freshman, Katerina Valdés.

Durante el trayecto de la entrada al escenario principal, todo parecía cambiar de dirección con los asombrosos pasos de baile que el cantante ejecutaba, la forma en la que movía el micrófono de un lado a otro, el momento en el que se le unió la banda de marcha de La Universidad de Minessota, el holograma en homenaje a Prince (que cabe mencionar, causo gran controversia debido a que no estaba autorizado) y los espejos que la audiencia sostenía durante la interpretación de “Mirrors”. Sin embargo, eso cambio cuando Timberlake empezó a caminar hacia las gradas con gente de la audiencia y bailarines a su alrededor. Aunque seguramente fue una gran experiencia para ellos, los que estabámos observando desde el televisor y las gradas nos fue inevitable notar el hecho de que el espectáculo parecía estar más centrado en ellos que en el mismo Justin.

“El espectáculo de medio tiempo estuvo entretenido, pero siento que Justin Timberlake no le puso mucho esfuerzo al espectáculo. Desde la televisión se veía desorganizado,” nos compartió sophomore, Hilda Murillo.

Y por si fuera poco, al llegar a las gradas, espectadores que lo veían de cerca se le unían cantando y bailando, momento en el que un adolescente decidió pedirle una selfie. Aparentemente, la foto no podía ser tomada, pues tras hacerlo, el joven no dejaba de ver su celular, mientras Timberlake interpretaba el final de “Can’t stop the feeling”, justo a lado suyo. Lo que debió haber sido un gran final, se convirtió en una sesión de selfies con el artista.

Para terminar, no podemos ignorar el hecho de que a lo largo de la historia de estos eventos, los artistas han compartido escenario con otros invitados especiales como Coldplay con  Bruno Mars y Beyoncé en el Súper Bowl número L (50). En esta ocasión, Justin se apropia del escenario pues, la banda de marcha de La Universidad de Minnessota y el holograma de Prince, no cuentan exactamente como tales.

No podemos negar que el espectáculo estuvo entretenido e incluso emocionante, sin embargo no llega a un nivel  digno de Super Bowl.