Reapertura de nuevas Embajadas en la mayor de las Antillas y el gigante Norteamericano

Hansel Caudales, Staff Writer

La simultanea reapertura de ambas embajadas en territorio estadounidense y cubano cautiva la tensión y la polémica de dos naciones inmersas en el desarrollo de una guerra fría que ha perdurado mas de medio siglo. Sorprendentemente ambos gobiernos han dado pasos hacia el inicio del restablecimiento de relaciones diplomáticas a través del dialogo que aunque aun resulta controversia parecen haber encontrado intereses comunes para sus ciudadanos. La esperada reapertura de nuevas embajadas tiene un gran significado histórico y geopolítico a nivel mundial.

Todo parece indicar que la mayor de las Antillas reabrirá nuevamente sus puertas a intercambios comerciales, culturales y tecnológicos con su vecino norteño. Este proyecto no esta para nada exento de detractores los cuales alegan razones históricas que han impactado negativamente la vida de muchos cubanos por décadas radicados en territorio estadounidense bajo la categoría de exiliados políticos.

Tal parece que ambos gobiernos han dejado atrás viejas rencillas para dar paso a una nueva era de entendimiento y proyectos comunes. Las nuevas cedes diplomáticas serán situadas en La Habana y Washington respectivamente el próximo 20 de julio. Como dato curioso se ha rumoreado que el mismísimo Secretario de Estado John Kerry será el elegido para izar la bandera norteamericana en territorio cubano. Por su parte Cuba ha embellecido los alrededores de la antigua sección de intereses la cual se convertirá en la nueva embajada norteamericana en la isla.

Muchos son los pros y los contras de este futuro establecimiento pero los primeros superan en mayor cuantía teniendo en cuenta que una embajada ayudara a agilizar tramites migratorios bilaterales a su vez la implementación de negocios y la llegada de inversionistas extranjeros a Cuba sin temor a ser sancionados por las restricciones establecidas por el embargo, tema este que aun continua sobre la mesa de negociaciones. Todo este proceso fomentara el incremento paulatino del intercambio cultural académico, deportivo y en otras esferas del ámbito socioeconómico.

Este hecho venidero constituye el punto de partida para otros pasos cruciales en la vida de norteamericanos y cubanos. Muchos serán los temas a discutir por ambas naciones, en  algunos de los cuales han llegado a consensos y otros aun con marcadas diferencias. Las dos naciones esperan que este hecho histórico selle viajes heridas y antiguos desacuerdos.